Siempre he creído, que un restaurante con un poco de presencia y respeto al publico, por los detalles que ello conlleva...necesita unos Petit Fours... Sean clásicos o mas modernos, eso lo hace diferente del resto..el final es lo que cuenta..y ese final normalmente es el café...aunque no se tome postre, con el café siempre resulta diferente..nos apetece un chocolate o un Financier...las crujientes Rocas..siempre algo q el cliente no se espera... Y es que con un sencillo gesto que son los Petit Fours, se gana al cliente y con creces...se olvida que el servicio haya sido lento, o que la carne no este al punto que a uno le gusta..siempre se quedan con el final..igual pasa al revés, un buen chuletón se fastidia con un postre malo, sin ningun amor...pero eso ya cada resturante que le dedique ese tiempo tan preciado que muchisisismas veces en cocina no se tiene...
Hay que dar apoyo a estas pequeñeces que nos alegran la comida...al gran comensal y al pequeño...
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